dijous, 21 de febrer del 2013

Mi habitación, mis recuerdos, mi mundo

Hoy tengo el honor de presentaros, señoras y señores, mi cueva habitación. No os asustéis porque parece la de una adolescente de 15 años. Lo sé, ¡y me encanta! Todos sabemos que yo me quedé ahí mentalmente, y le tengo mucho cariño a mi habitación y sé que no será eterna. Algún día saldré del País de Nunca Jamás y me convertiré en una persona seria con una habitación seria (la pondré a mi manera igual, pero supongo que los pósters de anime y esas cosas serían demasié) y, probablemente, compartida. 


Empecemos con el tour. Perchero y estantería sobre la cama:


Tengo un calendario de 2010 (no por nada en particular, sino porque se quedó ahí). El perchero del dinosaurio gay lo tengo desde que tenía memoria. Me protege de los monstruos por la noche, ¿vale? Hay una colección de diccionarios (de cuando estudiaba Traducción e Interpretación) y libros de Ken Follet que me gustaron mucho. 
Y la banda de Miss Polvo Salvaje, de la fiesta de ecuador de la carrera. Sin comentarios, hihihi. Está también el gusanico de peluche que me regaló mi compañera de piso por el aigo invisible cuando vivía en Sant Cugat y estudiaba en la UAB. Le tengo mucho cariño a ese bichillo, no sé. No se ve, pero tengo un recipiente con todo de recuerdos de mi novio (entradas de cine, tickets de restaurantes o avión...).

Seguimos; mesita de noche y estantería:


Esta es mi parte favorita. Mi colección de CDs (Muse, Placebo y Nine Inch Nails al completo), los libros de Harry Potter (falta uno), los libros clásicos que me he leído (los marrones), y al otro lado los libros que tengo pendientes por leer (nótese Jane Eyre). El cuadro egipcio ese raro me lo trajo mi madre del país homónimo. Se supone que pone Alba. Me lo creo.
Si os fijáis se ve un vaso de Xabi Alonso y una copa de Star Wars. Hehehe.
Y arriba está lo mejor de lo mejor: ¡la sección Japón! Figuritas de los Caballeros del Zodíaco: Shun (Andrómeda), Shaka (Virgo) y Aldebarán (Tauro). Mi amada colección de YAOI: Gravitation, Fake, Zetsuai/Bronze, Yami no Matsuei, Kizuna, Wild Rock, Saihoshi, Play Boy Blues, Tokyo Babylon. Luego los DVDs de Ergo Proxy, X/1999 y Evangelion. Esto me lo llevaré a donde sea. Aunque tenga 134 años y demencia. ¡Me da igual! Esto se viene conmigo.

Luego viene el armario (no lo enseño por dentro porque es el apocalipsis, está lleno de ropa, libros y juegos, entre los que sólo destacaré los Sims y el World of Warcraft):


Llenico de pósters de anime y cosas varias japonesas. Vayamos por partes. Pósters de Kuroshitsuji, La chica que viajaba a través del tiempo (me encanta esa peli TT^TT) y de Ouran High School Host Club. Luego de videojuegos: el Mass Effect 3 (nunca olvidaré esta saga, ni a Kaidan Alenko) y el Call of Duty Black Ops II, al que vicio mucho ahora (cuando puedo).
En los kanjis (carácteres japoneses) pone, de arriba a abajo y de izquierda a derecha: sopa, luna, Aruba (Alba), amor y Chinatsu (mi profesora de japonés).
Oh, y hay una página de revista en la que sale mi Michael Fassbender, casi se me olvidaba.

¿Os pensábais que se acababan los pósters? ¡JA! Este es el rincón de estudio:


Va muy bien para estudiar tener un espejo delante. Sí, sí, genial. No te pones a peinarte ni a hacer caras ni nada. Tengo en el espejo pegados el pláning de estudio del PIR y mi horario de clases. El equipo de música (más arriba la tele con la PlayStation 2, más muerta de risa que qué sé yo), una gorra militar de Alemania que me ponía burra (aún lo hace, ¿vale?), el escritorio más desordenado que todas las cosas (atención al rollo de papel de váter para los moquitos). Y post-its y pintalabios y bolis y barras de pegamento y celo y gomas de pelo y pinzas de la ropa (¿?) y mapas y chapas y cables y compresas... Meh.
Los pósters: uno de delfines y orcas cuando aún me gustaban (ahora me dan pánico, pero el póster sigue ahí porque me lo compró mi papa con todo su amor de papa y me da pena tirarlo), uno de Nine Inch Nails de cuando fui al concierto, uno de cuando fui a hacer de vigilante en el examen oficial de japonés (el Noken), otro de Tsubasa Reservoir Chronicle muy gay, muy en mi línea. Y arriba uno de X/1990 y otro de Fushigi Yûgi. Y cosas varias que me tocaban en los Petit Suisse (perdón, Danonino) y chorradas diversas de un montón de cosas.

Va, que ya queda menos:


La puerta con una rana pervertida colgada, que cada mañana amanecía con los pantalones bajados y esa cara de viejo verde (nunca mejor dicho, ¿eh?). Un póster de mi película de Hayao Miyazaki favorita: El castillo ambulante, un póster de Muse que me dio una buena amiga de una revista francesa, un mapa de una ciudad en la que estuve en mi intercambio con Alemania y una entrada de un partido del Padeborn cuando estuve allí, un minipóster de Karekano, Sakura Card Captor, Fushigi Yûgi y el libro El príncipe de la niebla.

Y por último, ¡mi cama! La pobre se siente un poco sola últimamente porque no la uso mucho (duermo muy a menudo en casa de mi maromo), pero durante el día le hago mucha compañía y le dejo montones de cosas encima, no se puede quejar.


¿Os habéis fijado en que la pared es rosa y lila? Huhu, ¡como el blog!
Os reto a hacer lo mismo y enseñar al mundo vuestra habitación. Es muy divertido.

Madre mía la de cosas que tengo... Hasta que me he puesto a enumerarlas no me había dado cuenta...

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